INGREDIENTES
200 gr. de restos de risotto o de risotto de setas.
2 Bolas de mozarella.
1 Huevo.
50 gr. de harina.
50 gr. de pan rallado.
Aceite para freir.
Salsa pesto para acompañar.
- Troceamos la mozarella. Disponemos el pan rallado y la harina en cuencos diferentes y en otro batimos en huevo con un poco de sal.
- Cogemos los restos de risotto previamente enfriado en la nevera y vamos formando bolas de un tamaño medio apretando bien para que queden bien compactadas. Introducimos en el centro un trozo de mozarella y cerramos bien la bola para que al freírla no se salga.
- Pasamos las bolas por harina, después por huevo batido y por último por pan rallado. Las freímos en abundante aceite muy caliente hasta que veamos que quedan doraras por todos los lados. Servimos con salsa al pesto o salsa al gusto.
Os dejo la receta del risotto de setas, pero en realidad se pueden hacer con restos de cualquier risotto. Si no tenéis restos de risotto, podéis preparar uno para la ocasión. Yo lo que suelo hacer es preparar bastante para que sobre y así tener la excusa perfecta para hacerlos, aunque es verdad que en casa nos gusta tanto el risotto que rara vez sobra, acabamos con todo lo que se ponga en el plato.
En esta ocasión los he rellenado que queso, si no tenéis mozarella, utilizad algún queso fundente, como gouda. También se pueden rellenar de salsa boloñesa (uno de los rellenos más típicos) o de un poquito de pesto, para darles un toque más aromático. A mi me gusta mucho acompañarlos con pesto o con salsa de tomate y albahaca, le sientan de maravilla y lo hacen un bocado mucho más redondo, si es que esto es posible.
Si viajáis por el sur de Italia, los encontraréis en un montón de mercadillos y de puestos de comida callejera, os aseguro que con una cerveza fresquita se convierten en un bocado de lujo y sin duda será un momento a recordar de vuestro viaje.
Espero que os animéis a prepararlos, son una delicia y gustan a todo el mundo, así que no hay excusas para no hacerlos.
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