Siempre que tengo berenjenas en casa me debato entre, entre
otras muchas recetas, en preparar una parmigiana o una lasaña, una de las dos
suele ser siempre la ganadora. Qué ricas que quedan!! Hoy me he puesto en modo
conciliador y las he fusionado ambas para crear un plato delicioso del que no
ha quedado nada en la bandeja! Imagináis una deliciosa parmigiana con capas de
pasta fresca? Una pasada de rica, os lo aseguro! Vamos a por un trozo!!
INGREDIENTES
Para la pasta fresca:
220 gr. de sémola de trigo duro.
2 Huevos.
Para la parmesana:
3 Berenjenas.
700 ml. de salsa de tomate casero.
1 Cebolla.
1 Diente de ajo.
600 ml. de bechamel.
100 gr. de queso parmesano recién rallado.
2 Bolas mozzarella.
Hojas frescas de albahaca.
Aceite de oliva.
Sal y pimienta.
Para la pasta fresca mezclamos bien la sémola con los
huevos, amasamos hasta obtener una mezcla homogénea y elástica y dejamos
reposar 20 min. Estiramos a mano o con máquina de pasta y cortamos de tamaño un
poco más pequeño que la bandeja de horno en la que vamos a preparar la lasaña.
Para más trucos y paso a paso de la pasta fresca, AQUÍ.
- Ponemos una cacerola al fuego con un poco de aceite y doramos el diente de ajo cortado en láminas finas. Lo retiramos de la cazuela y añadimos la cebolla cortada juliana. Freímos hasta que comience a dorarse. Añadimos la salsa de tomate, un poco de agua, unas hojas de albahaca, removemos bien y dejamos que se cocine durante unos 30 min a fuego medio.
- Ponemos aceite de oliva en una cacerola y freímos la berenjena cortadas en rodajas finas a lo largo, hasta que veamos que comienza a dorarse. Dejamos sobre papel absorbente.
- Sobre la bandeja de horno, extendemos un poco de bechamel, sobre esta una capa de berenjena, un poco de tomate frito, unas rodajas de mozzarella, un poco de parmesano, hojas de albahaca y una capa de pasta fresca. Seguimos montando capas hasta terminar con una de queso. Cubrimos con el resto de bechamel y horneamos unos 30 min o hasta que veamos que comienza a dorarse. Sacamos del horno y dejamos templar antes de servir.
No me digáis que no resulta de lo más sugerente! Os aseguro
que cuando tengáis el plato en la mesa os va a tele transportar al mejor
restaurante italiano que podáis imaginar! Una delicia que seguro que va a volar
del plato, en casa desapareció en un momento, es la única pega que le veo. Tan
rica y aplaudida, que seguro que la voy a volver a preparar muy pronto.
El tomate frito, en este tipo de recetas, me gusta mucho
enriquecerlo un poco, por eso el aroma del ajo en el aceite, la cebolla pochada
y unas hojas de albahaca, que dan ese sabor tan rico de las salsas de tomate
italianas. Si queréis un toque picante,
añadid un poco de peperoncino, mi guindilla favorita para este tipo de
platos, tiene un sabor picante que perdura, pero sin llegar a ser molesto, eso
sí, cuidado con no pasarse.
En cuanto a la pasta, que decir que no haya dicho ya, una
pasta fresca hecha en casa es tan rica y la sensación de tomarla es tan
satisfactoria que no dejéis de experimentarlo, es muy recomendable. En este
POST os explico cómo preparar pasta fresca, y en ESTE os explico todo lo que
necesitáis para prepararla, con todo, ya sabéis que me tenéis aquí para
resolver todas las dudas que os puedan salir en el proceso.
Espero que os animéis a prepararla, ya os digo que es
deliciosa, y si queréis la receta de la parmigiana, os la dejo AQUÍ, que
también está muy rica.
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