La pequeña seta vivía
bajo un gran castaño junto a su mamá. Era un lugar muy fresco y húmedo en el
que vivían felices..
Siempre me hicieron mucha gracia las setas y los cuentos relacionados
con ellas, tienen cierto aire misterioso que no se yo. El caso es que me
fascinan y me encanta su sabor, su textura y esa extraña asociación a bosques encantados. Y a demás (lo que las hace más especiales para mi) siempre que las veo me acuerdo
de un juguete que tenía cuando era pequeño, la casa seta de los pitufos, me
encantaba!!
INGREDIENTES
Fusilli
1 cebolla
250 gr. de setas Shiitake
Queso parmigianino
Aceite de oliva
Sal y pimienta
1- Ponemos
en una olla agua a calentar y preparamos los fusilli según instrucciones del
fabricante.
2- Pelamos
y cortamos la cebolla en tiritas muy finas. Ponemos en una sartén un buen
chorrito de aceite de oliva a calentar y freímos la cebolla a fuego medio. Limpiamos
y troceamos las setas en trozos no muy pequeños y añadimos a la sartén cuando
la cebolla esté doradita, añadimos un poco más de aceite si fuera necesario y
salpimentamos. Una vez que estén doradas las setas añadimos unos 100 gr. de
queso parmigianino rallado y mezclamos bien.
3- Una
vez lista la pasta, la escurrimos y mezclamos bien con la salsa de setas. Servimos
y espolvoreamos con un poco más de parmigianino, pimienta negra recién molida y
un chorrito de aceite.
Fue genial descubrir en la plaza donde suelo comprar un
puesto solo de setas, lo que hace que cada semana compre distintos tipos de
ellas, a cuales más curiosos. Esta semana tocó dar un salto e ir a por unas
setas Shiitake de importación.. riquísimas por cierto.
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